Cuando menciono entre mis amistades en cualquier reunión, las palabras Seguro de Vida, la reacción más común es generalmente de rechazo o de aplazamiento. Nadie siente que es hora de pensar en su propia mortalidad y es muy fácil encontrar una excusa para ni siquiera considerar tal situación: “No tengo planes de morirme todavía”, “soy joven y tengo buena salud”, “mi cónyuge podrá hacerse cargo de los chicos”, “mis padres pueden ayudar”, o una un poco cruel pero bastante común también, “nadie se va a hacer rico a cuenta mía, ni va a venir otra persona a disfrutar los beneficios de mi muerte…”.
Todo esto lo atribuyo al desconocimiento sobre el Seguro de Vida y su valor. Al contrario de la mayoría de los seguros que ayudan a su propietario a recuperarse de un evento que le afecte directamente su economía, el Seguro de Vida es para beneficio, no del dueño del seguro, sino de sus seres queridos. Es muy posible que debamos llamarlo por otro nombre y así muchos lo considerarían con mayor interés y le darían la importancia que merece.
¿Simplemente una protección?
El Seguro de Vida es simplemente una protección económica para los seres queridos y debe considerarse prácticamente solo cuando hay una necesidad de cuidar de la familia o de los compromisos que se han contraído. Básicamente, el uso y razón de un seguro de vida es sustituir en el seno familiar el producto o las facilidades económicas que usted aporta, como su sueldo, su trabajo, sus cuidados, etc.
Esto pone en el mismo nivel, tanto a quien provee el ingreso familiar, como al cónyuge que cuida de la casa y de la familia. Si dejaran de existir los aportes de uno o del otro, el sobreviviente necesitará suplirlas de algún modo. Es tan duro para una esposa tener que salir a trabajar porque su esposo fallece, como para un esposo que queda viudo tener que cuidar de los chicos y continuar su trabajo simultáneamente.
Hay casos en los que una esposa está a cargo del hogar, con 2 o 3 niños y cuyo esposo maneja 100% su empresa y por ende es el motor del hogar, y donde ella no tiene idea de los negocios de su esposo. Si este falleciera la esposa se quedaría sola, al frente de su familia, niños pequeños quizás, manejando una empresa que no sabe manejar y quien deberá sobreponerse a la pérdida con fortaleza y carácter y aun así serán tiempos muy duros.
Pero si el esposo demuestra que su familia siempre fue su prioridad y tuviera contratada una Póliza de Vida, con esa protección la esposa podría hacer frente a las tristezas y compromisos con bastante más holgura.
¡Prevenir!
Esta previsión facilita los fondos necesarios para los gastos del funeral, para pagar las deudas que se tenían y poner el dinero a ganar intereses con los que se puede sobrevivir unos meses, hasta que se puedan tomar las riendas de la situación.
Pero aún, si nadie depende de usted, es posible que tenga interés en dejar aquello por lo que tanto ha trabajado a alguien querido o a sus nietos o algún hermano, alguien que pueda hacer buen uso de los recursos o para alguna fundación. Por eso, muchas personas aprovechan los beneficios de un seguro de vida para crear una herencia. Y en muchos casos, hasta para poner en manos de sus herederos los medios para proteger otros legados igualmente valiosos.
Por último, muchas personas encuentran que es una forma de ahorro, siempre y cuando elijan un seguro de vida de tipo permanente, en el que una porción de las primas de los primeros años de cotización se invierte y en un momento determinado pudieran servir de colateral para un préstamo o como una forma de ahorro para su retiro.
En resumen, un seguro de vida es un beneficio que usted obtiene para su familia y seres queridos y que le permitiría reemplazar el ingreso que usted produce en caso de su fallecimiento y/o tener fondos para los gastos inesperados de funerales y/o crear una herencia para sus seres queridos y/o pagar Impuestos sucesorales o en el mejor de los casos tener un instrumento financiero que le facilite ahorrar, invertir o tener un colateral para préstamos.
Ha pensado en lo que tendría que enfrentar su familia si usted no está, y cómo podría hacerles más fáciles esos momentos difíciles. Noris Méndez